Lo bueno y lo malo:
En la última clase que tuvimos, estuvimos hablando de las
cosas buenas y malas que hay en el mundo. Tuvimos que hacer una lista con lo
que consideramos que está bien y otra
con lo que está mal. Supongo que era de esperar, aunque aun así me sorprendió,
ya que al finalizar la lista me di cuenta que es mucho más fácil sacar lo malo
que lo bueno, y que hay más cosas malas que buenas. ¿Qué cosas podríamos decir
que hay buenas en el mundo? Pues nos podrían servir de ejemplo la amistad, la familia, la solidaridad, la compasión,
la empatía, la caridad o el voluntariado. Pero haciéndoles frente tenemos otras
tantas cosas malas como la violencia, las desigualdades, las injusticias, el
maltrato, la esclavitud, la explotación, la pobreza, el hambre, la corrupción,
la soberbia, el egoísmo, la avaricia o el racismo. Desde mi punto de vista
personal, esto me lleva a plantearme si estamos llevando el mundo como
deberíamos, aunque a veces pienso que la sociedad esta tan acostumbrada a ver
cada día este tipo de cosas que se ha acostumbrado a ello. Vemos gobernantes
corruptos, guerras en el telediario mientras comemos, mujeres maltratadas
víctimas de la violencia de género y así tantas otras cosas, que ver una buena
obra en las noticias nos sorprende, cuando debería ser al contrario.
Ya hemos hablado otras veces de las religiones que existen y
que es respetable pertenecer a una o a otra, cada cual busca en una religión algo
que le dé sentido a su vida. Yo me considero cristiana, no solo porque crea en
Dios, sino porque me gustan las enseñanzas que nos da el cristianismo. A pesar
de que Jesús fue un hombre que existió hace miles de años, revolucionó el mundo
y nos enseñó cosas que hoy en día seguimos llevando a la práctica, para mí Él
fue un luchador más como podríamos serlo cualquiera de nosotros, como Nelson
Mandela. Hay que tener el suficiente coraje como para plantarle cara a todas
estas cosas malas, pero como ya dije antes, nos hemos acostumbrado.
De hecho, creo que esto de estar acostumbrados no es algo
nuevo, mucho tiempo atrás tenemos el
ejemplo de los mandamientos. Si lo pensamos bien, antes dijimos que es
más fácil ver lo malo que lo bueno. Pues bien, los mandamientos están dados de
forma negativa, y en mi opinión supongo que es porque es más impactante ver las
cosas del lado malo que del bueno. Algo así,
como son los mandamientos, tan importantes para los cristianos pero que son
meras normas de convivencia para cualquier sociedad que desee cumplirlos, están
hechos de forma que ‘’impacten’’ para que les prestemos la atención que
merecen. A esta conclusión llegamos cuando transformamos los mandamientos de la
siguiente manera:
Amarás a Dios sobre todas las cosas
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Que Dios sea alguien importante en tu vida
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No tomarás el nombre de Dios en vano
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No jurarás en falso/ serás una persona de confianza
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Santificarás las fiestas
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Disfrutarás las fiestas
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Honrarás a tu padre y a tu madre
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Respetar y cuidar a las personas que nos quieren
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No matarás
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Respetarás cualquier tipo de vida
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No cometerás actos impuros
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Tendrás siempre buena intención para con los demás
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No robarás
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Respetarás lo que no es tuyo
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No dirás falsos testimonios ni mentirás
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Vivirás siempre en la verdad
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No consentirás pensamientos ni deseos impuros
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Vivirás humildemente
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No codiciarás los bienes ajenos.
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Supongo que tienen algunas similitudes con los derechos
humanos y con las leyes, al fin y al cabo eran las leyes de aquella época. Por esto
vuelvo y repito que para que algo tenga importancia en nuestro mundo, tienen
que decirlo con palabras más duras porque sino parece que no tiene significado,
como que no prestamos la atención que merece, como que ya estamos acostumbrado
a que estén siempre diciéndonos las mismas cosas.
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