domingo, 26 de enero de 2014

Lo bueno y lo malo


Lo bueno y lo malo:

En la última clase que tuvimos, estuvimos hablando de las cosas buenas y malas que hay en el mundo. Tuvimos que hacer una lista con lo que consideramos que está  bien y otra con lo que está mal. Supongo que era de esperar, aunque aun así me sorprendió, ya que al finalizar la lista me di cuenta que es mucho más fácil sacar lo malo que lo bueno, y que hay más cosas malas que buenas. ¿Qué cosas podríamos decir que hay buenas en el mundo? Pues nos podrían servir de ejemplo  la amistad, la familia, la solidaridad, la compasión, la empatía, la caridad o el voluntariado. Pero haciéndoles frente tenemos otras tantas cosas malas como la violencia, las desigualdades, las injusticias, el maltrato, la esclavitud, la explotación, la pobreza, el hambre, la corrupción, la soberbia, el egoísmo, la avaricia o el racismo. Desde mi punto de vista personal, esto me lleva a plantearme si estamos llevando el mundo como deberíamos, aunque a veces pienso que la sociedad esta tan acostumbrada a ver cada día este tipo de cosas que se ha acostumbrado a ello. Vemos gobernantes corruptos, guerras en el telediario mientras comemos, mujeres maltratadas víctimas de la violencia de género y así tantas otras cosas, que ver una buena obra en las noticias nos sorprende, cuando debería ser al contrario.
Ya hemos hablado otras veces de las religiones que existen y que es respetable pertenecer a una o a otra, cada cual busca en una religión algo que le dé sentido a su vida. Yo me considero cristiana, no solo porque crea en Dios, sino porque me gustan las enseñanzas que nos da el cristianismo. A pesar de que Jesús fue un hombre que existió hace miles de años, revolucionó el mundo y nos enseñó cosas que hoy en día seguimos llevando a la práctica, para mí Él fue un luchador más como podríamos serlo cualquiera de nosotros, como Nelson Mandela. Hay que tener el suficiente coraje como para plantarle cara a todas estas cosas malas, pero como ya dije antes, nos hemos acostumbrado.
De hecho, creo que esto de estar acostumbrados no es algo nuevo, mucho tiempo atrás tenemos el  ejemplo de los mandamientos. Si lo pensamos bien, antes dijimos que es más fácil ver lo malo que lo bueno. Pues bien, los mandamientos están dados de forma negativa, y en mi opinión supongo que es porque es más impactante ver las cosas del lado malo que del  bueno. Algo así, como son los mandamientos, tan importantes para los cristianos pero que son meras normas de convivencia para cualquier sociedad que desee cumplirlos, están hechos de forma que ‘’impacten’’ para que les prestemos la atención que merecen. A esta conclusión llegamos cuando transformamos los mandamientos de la siguiente manera:
Amarás a Dios sobre todas las cosas
Que Dios sea alguien importante en tu vida
No tomarás el nombre de Dios en vano
No jurarás en falso/ serás una persona de confianza
Santificarás las fiestas
Disfrutarás las fiestas
Honrarás a tu padre y a tu madre
Respetar y cuidar a las personas que nos quieren
No matarás
Respetarás cualquier tipo de vida
No cometerás actos impuros
Tendrás siempre buena intención para con los demás
No robarás
Respetarás lo que no es tuyo
No dirás falsos testimonios ni mentirás
Vivirás siempre en la verdad
No consentirás pensamientos ni deseos impuros
Vivirás humildemente
No codiciarás los bienes ajenos.

Supongo que tienen algunas similitudes con los derechos humanos y con las leyes, al fin y al cabo eran las leyes de aquella época. Por esto vuelvo y repito que para que algo tenga importancia en nuestro mundo, tienen que decirlo con palabras más duras porque sino parece que no tiene significado, como que no prestamos la atención que merece, como que ya estamos acostumbrado a que estén siempre diciéndonos las mismas cosas.